lunes, 11 de mayo de 2015

El cólera

EL CÓLERA ¿ES SÓLO UNA METÁFORA?

Durante las décadas de 1970 y 1980 la antropología social ha tomado escasamente en cuenta las consecuencias ideológicas, epidemiológicas, sociales y políticas generadas por la constante expansión de las teorías, interpretaciones y, sobre todo, intervenciones biológicas sobre el campo de la subjetividad, la sociedad, la cultura y, por supuesto, el proceso de salud/enfermedad/atención, lo cual contrasta con la importancia dada de algunos de estos procesos entre 1930 y 1950.
Durante los años cincuenta, y a través de varios campos, se desarrollan de forma sostenida investigaciones y explicaciones  que hallan en lo biológico a causa básica del comportamiento humano.
Las investigaciones etiológicas dedicadas a estudiar el comportamiento de diferentes especies animales generó toda una serie de explicaciones respecto de las conductas del ser humano y especialmente sobre su naturaleza agresiva y competitiva.
Las propuestas y técnicas biológicas pasan a determinantes respecto del control y/o planificación de la natalidad, asi como para posibilitar la reproducción artificial, la posibilidad de escoger sexo del hijo antes de que nazca, la clonación aprobada  por ahora solo para la producción de embriones humanos con fines terapéuticos específicos, la posibilidad del cambio de sexo a través de varias tecnologías biomédicas complementarias, la posibilidad de modificar el cuerpo con objetivos de  demorar la apariencia de sujeto/objeto sexual.
A su vez las investigaciones biológicas, mas alla de que generen explicaciones causales, producen de forma creciente tecnologías que actúan sobre comportamientos individuales y colectivos ya sea como medio de control de sujetos considerados enfermos mentales, o sobre todo de los comportamientos normales ejercicios en la vida cotidiana.
El biologicismo supone la explicación del comportamiento humano, incluido sus padeceres, por estructuras innatas; para el sociobiológo Wilson, la religión, la competencia, la cooperación, la dominación masculina, la agresión, son genéticas.  Eibl-Eiberfeldt sostiene en la década de 1970 que el comportamiento humano esta al menos en parte pre-programado biológicamente.
Pero además de lo señalado, el incremento constante y sostenido de explicaciones centradas en lo biológico nos preocupa porque el biologicismo constituye el nucleo manifiesto en torno al cual se legitiman, al menos en parte, reaparecen o comienzan a desarrollarse durante los setenta en numerosos contextos tanto de países centrales como periféricos.
Tales procesos refuerzan el papel no solo de las interpretaciones biológicas de la enfermedad, sino de la biomedicina, incluyendo el descubrimiento por antropólogos, sociólogos y literatos de que en torno a las enfermedades se constituyen algunas de las principales metáforas de la sociedad, al menos de la sociedad occidental, lo cual fue analizado para un amplio espectro de padecimientos que van del alcoholismo al sida, pasado por la tuberculosis y el dolor crónico.
La enfermedad y la biomedicina constantemente son utilizadas para resignificar procesos económico.politicos en términos de enfermedad, de tal manera que desde la desnutrición imperante en varias regiones de Brasil, y especialmente en el noreste, hasta la masa creciente de personas que no tienen vivienda.
El descubrimiento del cuerpo a nivel de la vida cotidiana se desarrolla aparentemente contradictoria: por una parte, se recupera el cuerpo en términos de salud, belleza, negación de envejecimiento y hasta de la muerte. Esta revaloración se da en la practica en términos de la afirmación de la presencia individual de los sujetos.
Otro de los campos a través del cual se expresa el interés por el cuerpo es el relativo a los cuerpos desviados y controlados en términos no solo de poder institucional, sino de la potencialidad ideologica, social y técnica de construir nuevos actores a través de la manipulación de los cuerpos.
La biomedicina es tomada como expresión paradigmática de la escisión cuerpo/alma en términos científicos, pero además por el papel que desempeña en la institucionalización de esta concepción en el saber de los conjuntos sociales.
Este dualismo fue puesto de manifiesto sobre todo en el enfoque biomédico dominante aplicado a la salud mental y al cuerpo femenino, enfoque que a través de criterios científicos construyo no solo representaciones técnicas y sociales de las enfermedades mentales y de los cuerpos y padecimientos femeninos, sino que produjo diagnosticos y tratamientos que reforzaron la concepción dualista y fundamentaron la subalternidad de estos sujetos.
Ahora bien, varias de las propuestas antropológicas actuales que tratan de superar el dualismo parten del concepto de cuerpo entendido como experiencia en el mundo no reducido a las representaciones colectivas, sino que produce realidad. El cuerpo no es observado en términos de biología o de cultura, sino de una unidad que algunos refieren a la experiencia, otros a la acción y varios a la practica.
La mayoría de los temas y problemas sobre el cuerpo, sobre el dualismo, cobre la ciencia como etnociencia o sobre las biologías locales que aborda una parte de la antropología actual fueron desarrollados radicalmente dentro de la ciencia alemana entre 1920 y 1940,  y en menor medida por una parte de la antropología norteamericana del mismo periodo como ya hemos señalado.

sábado, 28 de marzo de 2015

Capitulo 6, 7 y 8

SOBRE LA RECOGIDA DE DATOS

Cuando los europeos empezaron la observación a gran escala de los “viajes” en los siglos XVI-XVII, la medicina fue uno de los aspectos de estas culturas primitivas que más les intereso y de la que más informes dieron. El interés sobre la medicina y los informes sobre la misma disminuyeron en proporción al incremento de elementos científicos y en proporción al creciente uso de la medicina occidental de drogas químicas y luego sintéticas.
La recogida de datos médicos de las sociedades primitivas ha mejorado algo en los últimos 25 años. Las técnicas etnográficas en general han avanzado mucho. La “preocupación por la salud” ha adquirido un carácter casi religioso y es sorprendente que esta actitud general de nuestra cultura no haya tenido mayores repercusiones en el campo de la etnografía. La preocupación de los antropólogos por los problemas psiquiátricos ha provocado en los últimos diez años algunas contribuciones muy importantes de los antropólogos al campo de la psicopatología en general.
La medicina nunca ha alcanzado la cuidada atención que se ha prestado a los fenómenos puramente materiales, espirituales o sociales, quizás porque siempre ha pasado los límites de estas simples categorías.
Los modernos etnógrafos no parecen darse cuenta de que hay una multitud de datos sociológicos y psicológicos en el campo de la medicina primitiva que pueden analizar e informar de ellos perfectamente, puesto que por su educación profesional están perfectamente cualificados para hacerlo.
Hay una gran variedad de formas de tratar a una persona enferma que van desde el abandono y el desprecio a la más extrema devoción y respeto. Se pueden observar los problemas económicos que las enfermedades y su tratamiento imponen sobre cualquier sociedad desde el punto de vista de la organización y la psicología de muy distintas maneras. El propio enfermo desarrolla una reacción muy definida hacia su enfermedad que influye considerablemente en la desaparición de la enfermedad.

ALGUNOS PROBLEMAS

A falta de una expresión mejor llamamos “medicina primitiva” a la medicina de los pueblos llamados “salvajes” o “no civilizados”. Aunque la medicina primitiva cubre un campo enorme en el tiempo y en el espacio, ha sido estudiada por historiadores de la medicina como antropólogos en muy escasa medida. La medicina primitiva no es una colección pintoresca de errores y supersticiones, sino un número de unidades vivientes dentro de modelos culturales vivos, muy capaces de funcionar a través de los siglos a pesar de sus diferencias fundamentales con nuestro modelo. Este método de considerar la medicina primitiva sólo por lo que tiene en común con la nuestra y de proyectar en ella nuestras categorías, conduce a resultados algo extraños.
Empleamos el adjetivo “mágica” en el sentido muy amplio en que lo utilizan a veces los antropólogos. El primitivo no considera generalmente la enfermedad, como la muerte o un accidente, un acontecimiento natural. Es la consecuencia de las acciones o fuerzas sobrenaturales. Las causas normales de enfermedad  son la intrusión mística de un objeto, la pérdida del alma o de una de las almas, la intrusión del espíritu, la violación de un tabú y la brujería.
La creencia en tales causas solo se da en un mundo distinto del nuestro, en un mundo mágico donde lo natural es sobrenatural, pero lo sobrenatural bastante natural. Esto hace decir a Evans-Pritchard: “debemos preguntarnos si tiene alguna noción que se aproxime a lo que queremos decir cuando hablamos de causas físicas”.
La parte más importante de la experiencia del primitivo está al otro lado esa frontera, en su contacto con los muertos, los espíritus y los antepasados místicos. Lo que para nosotros es una mera alucinación, para él es una experiencia privilegiada. El tratamiento entre los primitivos está muy imbuido de todo el sistema mágico-religioso, de aquí su extremo tradicionalismo, conservadurismo y conformidad. Todo lo nuevo es considerado altamente peligroso, y el temor, el núcleo de la fe del hombre primitivo, le hace aferrarse ciegamente a las reglas y las costumbres.
Los sueños a menudo revelan los mejores medios de curación. Los amuletos sirven como métodos preventivos mágicos. El  tratamiento primitivo se centra en acciones simbólicas, ya que el símbolo es de enorme importancia en el pensamiento primitivo.
El padre primitivo no permanece acostado por pereza, sino para proteger a su hijo. Toma la medicina del hijo o se confiesa por toda la familia u observa la dieta, cuando uno de los miembros está enfermo.
A menudo el hombre medicina no es solo mago, sacerdote y brujo, sino también jefe y rey, un ser casi sobrehumano. Su vocación suele heredarse del padre o del tío materno. Experimenta una iniciación severa y está rodeado por fuertes tabúes que lo aíslan de la sociedad. Sus vestidos, comidas, vivienda, costumbres, nombre y lenguaje son diferentes de los normales. El fracaso suele ser muy peligroso para él; la muerte del hombre-medicina fracasado existe por todo el mundo.
El hombre-medicina conservador ejecuta su papel como el hombre más irracional de un modelo irracional. El medico moderno critico consigue su prestigio social porque es la expresión de las tendencias racionales en la sociedad, racionalizando incluso lo irracional, como por ejemplo el psicoanalista, invadiendo así el antiguo terreno del sacerdote. El hombre-medicina es más bien el antepasado del sacerdote, el antagonista del médico durante siglos.
La cuestión del hombre-medicina es un impostor o cree que su propia práctica nos parece de la mayor importancia. La práctica que ha provocado los mayores recelos sobre la superchería del hombre-medicina es la extracción de una piedra del cuerpo del paciente. Pero como afirma Im Thurm: “esta sustancia extraña, por lo menos entre los indios de la Guayana, es considerada a menudo, si no siempre, no simplemente como un cuerpo natural, sino como la forma materializada de un espíritu hostil”. El medico simula la buscada expulsión de la influencia maligna. En el mismo sentido los naga para conseguir una cosecha más rica recorren la extensión donde plantaron el arroz con los cuerpos inclinados hacia adelante como si llevaran a sus espaldas el peso de la futura cosecha.
No hay duda de que la medicina primitiva contiene un amplio número de factores objetivamente eficaces que empleamos de una manera racional: masajes, sangrías, ventosas, baños, cauterizaciones, cirugía desde el tratamiento apropiado de fracturas a la trepanación, hasta la inoculación contra la viruela o la mordedura de serpientes son conocidas por los no civilizados. El “espíritu” de la hierba lucha contra el “espíritu” de la enfermedad. Es sorprendente la gran cantidad de drogas eficaces que conocen los primitivos. Del 25% al 50%  de su farmacopea es objetivamente activa.
Incluso en los mejores libros de texto de historia de la medicina el conocimiento que de estas drogas poseen los primitivos se hace derivar generalmente del “empirismo”, de la “observación”, del proceso de “ensayo y error”, solamente Cumston habla del estado instintivo de la medicina.
El hombre-medicina es que un médico alma y su contemporáneo primitivo, que es un emotivo, lo necesita desesperadamente. Al confesar a un paciente le da la paz. El paciente primitivo “consigue la completa armonía con lo infinito y por lo tanto debe estar libre, por su puesto, de todas sus enfermedades y males”.
La medicina primitiva es solo una parte del sistema mágico. Dicho sistema es una pura creación de la sociedad. Este extraño sistema no lo construye una percepción o asociación natural especial, cualidades comunes a todas las razas y culturas. Es la sociedad la que crea estas representaciones colectivas; la sociedad las mantiene y ellas mantienen a la sociedad.
La medicina mágica satisface, mucho más que nuestra medicina, una creencia básica en la humanidad, una cierta necesidad metafísica. Para entender la medicina primitiva tenemos que alejarnos mucho de nuestros criterios y conceptos.

DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTOS NATURALES Y SOBRENATURALES

La medicina primitiva juega un papel social y posee un carácter holístico o unitario que ha perdido la medicina en nuestra sociedad. En lo que respecta a las proporciones entre los conceptos y métodos racionales y sobrenaturales, parece que la medicina primitiva es fundamentalmente mágico-religiosa, utiliza unos pocos elementos racionales; mientras que nuestra medicina es predominantemente racional y científica, empleando unos pocos elementos mágicos.
Aunque parece establecido que la mayoría de las tribus reconoce por lo menos algunas enfermedades o accidentes causados por fuerzas no sobrenaturales, con nuestros conocimientos actuales a pesar de eso no se puede asegurar que algunas tribus ignoren el concepto de enfermedades o accidentes naturales.
Los banyakole rara vez atribuyen a la enfermedad una causa natural excepto en los casos de vejez, envenenamiento de la comida e insolación. Lindblom da para los akamba tres causas de enfermedad: los espíritus, la hechicería y las causas naturales. Los ba-ila reconocen seis causas sobrenaturales de enfermedad. Los ubena consideran como algo normal las pequeñas dolencias, como resfriados y toses, el dolor de cabeza y las pequeñas fiebres, pero las enfermedades graves incurables son diferentes y se atribuyen a la brujería, los espíritus ancestrales y la violación del tabú. Los hotentotes distinguen entre dos clases de dolencias: “la enfermedad”, tratada mediante masajes y la “muerte”, que se trata con ceremonias. Harley enumera como de origen natural la frambesía, muy extendida; las llagas de los dedos del pie causadas por moscas; la urticaria, provocada por plantas; la picadura de abejas; la mordedura de serpientes y de escorpión; la viruela; el cólico por comer demasiado arroz; los resfriados normales; el sarampión y el dolor de muelas.
La mayoría de los datos sobre el tratamiento de las monografías etnográficas generales consideran en listas de drogas u otras técnicas empleadas, en listas de enfermedades a las que se aplican, y de afirmaciones sobre los posibles efectos objetivos que tales medidas ejercen. Un panorama claro de la existencia de medidas terapéuticas racionales entre los primitivos esta oscurecido por las influencias de los blancos. Por ejemplo, entre los creek, el contacto con los blancos produjo sin duda un cambio de los ritos religiosos a la mera aplicación de drogas.
La medicina en el Sur de Nigeria es eficaz solamente cuando se combina con un encantamiento. Los bontoc igorot realizan muy pocos intentos de tratamiento. Los mafulu creen que la mayor parte de las enfermedades son de origen sobrenatural, pero tienen muy pocos tratamientos sobrenaturales.  En un campo paralelo, la hechicería, que es una especie de medicina negativa, nos encontramos con problemas similares.
La total ausencia de remedios que no vayan acompañados de asectos sobrenaturales, parece ser característica sin embargo, solamente, de una minoría de tribus primitivas.
Hrdlicka, por ejemplo, da una lista muy completa de remedios caseros de los habitantes de las Indias Sudoccidentales.
Harley, en un excelente libro sobre la medicina de las manos de Liberia, describe la secuencia del tratamiento. En primer lugar, remedios caseros racionales aplicados por los familiares o vecinos. Después se llama a una mujer médico. Las enfermedades tratadas de modo racional son, en su mayoría, aquellas con una patología visible. Las que se tratan de modo preferentemente mágico son, o bien las enfermedades graves y crónicas, o bien las que aparecen de modo súbito.
En el diagnostico mágico y en los ritos de curación, hay implícitas una gran cantidad de medidas y actitudes objetivamente eficaces.
De una manera intencionada se ha pasado por alto el gran número de descubrimientos prácticos realizados en el seno de lo sobrenatural y la cantidad de actos eficaces que son posibles tanto sin pensamiento racional como sin pensamiento consciente.
En muchos casos es fácil ver el carácter no racional de la teoría o del procedimiento aplicado. La succión es, sin lugar a dudas, objetivamente eficaz, pero es el procedimiento terapéutico mágico por excelencia. Lo mismo se puede decir de los eméticos, purgantes, baños y masajes. Los huesos de un animal viejo son sin lugar a dudas de un valor objetivo, en algunas enfermedades, pero no se utilizan por su contenido de calcio, sino porque poseen “poder vital”
Muchas de las medidas o indicaciones médicas llamadas racionales no son en realidad más racionales que el beber la orina a caño, un rito medico de los maoríes o defecar en las manos de uno por miedo a la hechicería en Nueva Irlanda.
Las aplicaciones mágicas de las drogas aparentemente racionales son obvias en los numerosos casos en los que el mero conocimiento de una planta no basta para su uso apropiado; para obtener dicho resultado hay que pagar por el conocimiento o la aplicación. El uso indiscriminado de medicina, del que se ha informado en diversas ocasiones excluye la racionalidad.
Rivers considera como un importante resultado de sus estudios sobre medicina primitiva el descubrimiento de que los primitivos actúan medicamente con perfecta lógica, aunque sobre la base de premisas falsas, sobrenaturales.

Es verdad que la medicina primitiva es lógica. Pero no es el problema central en relación con la medicina primitiva. El problema central reside en las diferencias entre la medicina primitiva y moderna.

viernes, 20 de marzo de 2015

ESTIGMA E IDENTIDAD SOCIAL


Los griegos, que aparentemente sabían mucho de medios visuales, crearon el término estigma para referirse a signos corporales con los cuales se intentaba exhibir algo malo y poco habitual en el status moral de quien los presentaba. Los signos consistían en cortes o quemaduras en el cuerpo, y advertían que el portador era un esclavo, un criminal o un traidor. En la actualidad, la palabra es ampliamente utilizada con un sentido bastante parecido al original, pero con ella se designa preferentemente al mal en sí mismo y no a sus manifestaciones corporales.
La sociedad establece los medios para categorizar a las personas y el complemento de atributos que se perciben como corrientes y naturales en los miembros de cada una de esas categorías. Al encontrarnos frente a un extraño las primeras apariencias nos permiten prever en qué categoría se halla y cuáles son sus atributos, es decir, su “identidad social”.
Apoyándonos en estas anticipaciones, las transformamos en expectativas normativas, en demandas rigurosamente presentadas. Por lo tanto, a las demandas que formulamos se las podría denominar con mayor propiedad demandas enunciadas “en esencia”, y el carácter que atribuimos al individuo debería considerarse como una imputación hecha con una mirada retrospectiva en potencia.
El término estigma será utilizado, pues, para hacer referencia a un atributo profundamente desacreditador; pero lo que en realidad se necesita es un lenguaje de relaciones, no de atributos. Un atributo que estigmatiza a un tipo de poseedor puede confirmar la normalidad de otro y por consiguiente, no es ni honroso ni ignominioso en sí mismo.
Un estigma es, pues realmente una clase especial de relación entre atributo y estereotipo. Se pueden mencionar tres tipos de estigmas, notoriamente diferentes. En primer lugar, las abominaciones del cuerpo. Luego, los defectos del carácter del individuo que se perciben como falta de voluntad, pasiones tiránicas o antinaturales, creencias rigidas y falsas, deshonestidad. Por último, existen los estigmas tribales de la raza, nación y la religión, susceptibles de ser transmitidos por herencia y contaminar por igual a todos los miembros de una familia.
Daré el nombre de normales a todos aquellos que no se apartan negativamente de las expectativas particulares que están en discusión. Son bien conocidas las actitudes que nosotros, los normales, adoptamos hacia una persona que posee un estigma, y las medidas que tomamos respecto de ella, ya que son precisamente estas respuestas las que la benevolente acción social intenta suavizar y mejorar. En nuestro discurso cotidiano utilizamos como fuente de metáforas e imágenes términos específicamente referidos al estigma, tales como inválido, bastardo y tarado, sin acordarnos, por lo general de su significado real. Basándonos en el defecto original, tendemos atribuirle un elevado número de imperfecciones y, al mismo tiempo, algunos atributos deseables, pero no deseados por el interesado, a menudo de índole sobrenatural, como por ejemplo, el “sexto sentido”, o la percepción de la naturaleza interior de las cosas:
Algunos vacilan en tocar o guiar a los ciegos, mientras que otros generalizan la deficiencia advertida como incapacidad total, gritándoles a los ciegos como si fueran sordos o intentando ayudarlos a incorporarse como si fueran invalidos. Quienes se enfrentan con ciegos pueden tener un gran número de creencias aferradas al estereotipo. Pueden pensar por ejemplo, que están sujetos a un tipo único de discernimiento, suponiendo que el individuo ciego utiliza canales especiales de información, inaccesibles a los demás.
El problema de estigma no surge aquí sino tan solo donde existe una expectativa difundida de que quienes pertenecen a una categoría dada deben no solo apoyar una norma particular sino también llevarla a cabo.
El individuo estigmatizado tiende a sostener las mismas creencias sobre la identidad que nosotros; este es un hecho fundamental. La sensación de der una “persona normal”, un ser humano como cualquier otro, un individuo que, por consiguiente merece una oportunidad justa para iniciarse en alguna actividad, puede ser uno de sus mas profundos sentimientos acerca de su identidad.
La vergüenza se convierte en una posibilidad central, que se origina cuando el individuo percibe uno de sus atributos como una posesión impura de la que fácilmente puede imaginarse exento.
El individuo estigmatizado puede también intentar corregir su condición en forma indirecta, dedicando un enorme esfuerzo personal al manejo de áreas de actividad que por razones físicas o incidentales se consideran, por lo común, inaccesibles para quien posea su defecto. Es probable que el individuo estigmatizado utilice su estigma para obtener “beneficios secundarios”, como una excusa por la falta de éxito que padece a causa de otras razones.
Las reacciones de las personas normales y de las estigmatizadas son aquellas que pueden aparecer durante periodos de tiempo prolongados y cuando no existe entre ellas un contacto corriente.
Para la persona estigmatizada, la inseguridad relativa al status, sumada a la inseguridad laboral, prevalece sobre una gran variedad de interacciones sociales.
La incertidumbre del estigmatizado surge no solo porque ignora en qué categoría será ubicado, sino también, si la ubicación lo favorece, porque sabe que en su fuero interno los demás pueden definirlo en función de su estigma.
Cuando fijamos nuestra atención en el defecto de la persona estigmatizada, es posible que esta sienta que el estar presente entre los normales la expone, sin resguardo alguno, a ver invadida su intimidad, situación vivida con mayor agudeza, quizá, cuando los niños le clavan simplemente la mirada. Esta desagradable sensación de sentirse expuesto puede agravarse con las conversaciones que los extraños se sienten autorizados a entablar con él, y a través de las cuales expresan lo que él juzga una curiosidad morbosa sobre su condición, o le ofrecen una ayuda que no necesita ni desea.

Es probable que en las situaciones sociales en las que interviene un individuo cuyo estigma conocemos o percibimos, empleemos categorizaciones inadecuadas y que tanto nosotros como él nos sintamos molestos.

jueves, 19 de marzo de 2015

CAPITULO IV Y V




AUTOPSIAS Y CONOCIMIENTO ANATÓMICO

Es  un hecho bien conocido que el conocimiento anatomo-fisiológico de los primitivos es muy insuficiente. Los primitivos sitúan el principio vital (“alma”, “inteligencia”, etc.) en lugares tan distintos y en general tan irrelevantes como el estómago, la grasa del riñón, la laringe, la pelvis e incluso en el dedo gordo. Hasta cuando más correctamente la cabeza es elegida como sede del “alma”, generalmente se hace por razones “irreales”, “acientíficas”, “místicas”.
Nosotros obtenemos nuestro conocimiento anatómico de las disecciones. Los primitivos generalmente temen mucho las disecciones y no las realizan. Se abstienen de las disecciones por las mismas razonas místicas (temor a tener que vivir  mutilados en el mundo de los muertos, miedo a la impureza ritual, etc.) que les impide también desarrollar cualquier cirugía pese a su gran destreza manual.
Uno de los primeros informes de autopsias hechas por primitivos se encuentra en la obra clásica de G. Turner sobre Samoa:
Si la persona ha muerto de una dolencia de la que han muerto otros miembros de la familia, probablemente abrirán el cuerpo para “buscar la enfermedad”. Cualquier sustancia inflamada que puedan encontrar la cogerán y quemaran, pensando que esto impedirá que cualquier otro miembro de la familia quede afectado por la misma enfermedad.
En un ambiente muy distinto, tanto natural como cultural, entre los chackchis del nordeste de Siberia, parte del ceremonial del duelo es abrir el cuerpo del difunto y concluir, a partir del estado de los órganos, si ha muerto por brujería o por ataque de malos espíritus (kelets). Estos kelets parecen tener especial interés en atacar el hígado.
Sin duda el área más extensa de autopsias primitivas se encuentra en el África ecuatorial occidental. Likundu es una palabra lingala muy extendida que significa la fuerza mágica que se busca en dichas autopsias. Se hace la autopsia de personas de las que se sospecha que han sido hechizados por sí mismos o bien que han sido muertos por hechicería. Se cree que ambos hechos se harán visibles por alteraciones en los órganos, representando los órganos alterados o bien la fuerza mágica del hechicero nato, o la destrucción causada por su magia en la victima. Buscan hiperemia o anemia de los órganos, tumores, piedras, especialmente en la vesícula biliar, ulceras, características de la vesícula, estómagos o bazos agrandados, etc. Órganos perfectamente normales como el útero y los ovarios pueden ser considerados como “tumores de brujería” patológicos.
Podría suponerse que estas autopsias realizadas durante los siglos habrán tenido consecuencias positivas sobre el conocimiento anatómico o patológico de las tribus de estas tribus. Sólo en el contexto de un modelo cultural orientado hacia un tipo de “ciencia” las disecciones proporcionan conocimiento anatómico. En otros modelos culturales, por ejemplo con una orientación mágica, las disecciones pueden tener otro sentido pero no la obtención de conocimiento anatómico.
La importancia fundamental del renacimiento de la anatomía en el siglo XVI para la gran aventura de la medicina moderna, que todavía sigue, ha sido con todo derecho subrayada y difícilmente puede subestimarse. Para entender completamente el desarrollo de la anatomía moderna nuestro interés debería concentrarse más bien en las implicaciones y orientaciones básicas culturales y espirituales más que en problemas técnicos secundarios.

LA CIRUGÍA Y SUS PARADOJAS

Hablar de “cirugía primitiva” es una de esas arbitrariedades hasta cierto punto inevitables si tratamos de analizar fenómenos primitivos para entender mejor nuestros propios procesos culturales y que son justificables en la medida que somos conscientes de su carácter arbitrario. En la sociedad moderna, la “cirugía” ha vuelto a formar parte de la medicina, pero como una de sus “especialidades”.
No hay ningún informe acerca de ninguna tribu que de una manera u otra, no trate las heridas. Nos llevaría demasiado lejos detallar los cientos de tipos de tratamientos distintos de los que hay informes, cuyos principios son muy similares. Hierbas o raíces, a menudo con cualidades astringentes o desinfectantes, se aplican a las heridas en forma de polvos, infusiones o emplastos. En estos casos menos frecuentes se usan materiales de animales, como insectos pulverizados o estiércol de vaca. El calor se usa bastante para acelerar el proceso curativo. El tratamiento de las heridas por los primitivos, en general, se considera “bueno”.
Es mas fácil apreciar ciertos procedimientos quirúrgicos de carácter técnico aislados en el tratamiento de las heridas. Por ejemplo, la sutura de heridas está muy lograda. El drenaje de las heridas es conocido entre los indios de Norteamérica.
La interrupción de la hemorragia es un problema difícil para los primitivos. Los primitivos usan con más o menos fortuna materiales como goma pulverizada, carbón, cenizas, plumón de águila y vendajes de corteza o fibra de coco. Uno de los mejores métodos estípicos es la cauterización, practicada en África, América u Oceanía. La única tribu que se sabe que sutura vasos (con tendones) es la de los masai. Son atípicos, puesto que su cirugía es incomparablemente superior, no solo a la de todas las tribus primitivas estudiadas, sino también a la de muchos pueblos civilizados hasta el Renacimiento.
El documento más antiguo en la lengua alemana, el llamado “Meseburger Zaubersprüche” son conjuros para las heridas. La Odisea, menciona un ensalmo contra la hemorragia.

Fracturas y Dislocaciones

Al igual que en el caso de las heridas, existe numerosa información sobre tratamientos adecuados de las fracturas, p. ej., entre los creek, winnebago, los brundi, bavendas, habitantes de la isla del Duque de York y maoríes. Los cheroquis y los Dakota tienen fama de realizar malos tratamientos de las fracturas, sin mas comentarios. Por otra parte, cuando el tratamiento de la fractura se hace con una tracción sistematica (manos de Liberia) o absoluta inmovilización, fijando el miembro al suelo con estacas (akamba), tiene mayores probabilidads de éxito.
El tratamiento de las fracturas en los pueblos primitivos parece mas activo que entre nosotros. Comienzan a dar masajes relativamente pronto. El masaje como procedimiento terapéutico parece ser casi universal.
Al igual que cualquier otro tratamiento, el de las fracturas incluso cuando es objetivamente eficaz, esta penetrad de elementos mágicos. Las plantas utilizadas frecuentemente como medicamentos internos o en cataplasmas tienen implicaciones de poder mágico. Los tarahumara aplican peyote y atan cabezas de lagartija alrededor de la fractura. Los havasupai utilizan tablillas y canciones.

La sangría

Sangrar es un rasgo casi universal en la medicina primitiva. Como automáticamente identificamos sangría con veniseccion, que en realidad no es demasiado frecuente entre los primitivos, tendemos a tener una idea un tanto exaltada de la excelencia técnica de la sangría primitiva.
De hecho existen cuatro técnicas para la sangría entre las culturas primitivas: la escarificación, la aplicación de ventosas, la veniseccion y las sanguijuelas. La escarificación es sin duda la técnica más difundida. Los informes sobre escarificación proceden principalmente de Oceanía y América.

La incisión

Las operaciones por incisión no están tan extendidas como las practicas antes mencionadas, aunque son bastante frecuentes. La práctica más frecuente es para abrir diviesos y abscesos con gran variedad de instrumentos. Los masai operan incluso los abscesos de hígado y bazo.

La amputación y la extirpación

Con estas operaciones entramos en el terreno de lo muy raro. La amputación es más frecuente donde la naturaleza ha preparado el procedimiento al congelar los miembros. Los masai enuclean los ojos y amputan con gran habilidad las extremidades que tienen fractura complicada y sin curación posible. Utilizan prótesis. Son aparentemente los únicos primitivos que igualan en este campo los logros de los antiguos peruanos que según Roy Moodie eran mucho mejores cirujanos que “ninguna otra raza antigua o primitiva”.
Un notable logro quirúrgico del que hablan seis autores distintos es la extirpación de las glándulas del cuello por médicos africanos nativos en el caso de la enfermedad del sueño. En Rodesia se cauterizaron los tumores del cuello. Los galla y los akamba extirpan la uvula. Los tombu y los fingu operan los pólipos vagunales.

La cesárea

La cesárea es técnicamente más difícil que las operaciones antes mencionadas. Quizás sea muy antigua pero los primeros informes auténticos empiezan aparecer en el siglo XVI y solo sea convertido en un procedimiento rutinario en los últimos 60 años.

La trepanación

La práctica de la trepanación ha sido directamente observada entre las siguientes tribus y naciones: en los Balkanes, en Daghestán, y entre los bereberes; en Abisinia, Uganda y Nigeria. El centro de las trepanaciones en las Américas fue sin duda los altiplanos peruanos.
La trepanación prehistórica fue interpretada por Broca y muchos autores subsiguientes como mágica. Wölfel, por otra parte, consideró la trepanación como una medida puramente quirúrgica en los casos de fractura de cráneo, causada principalmente por dos tipos de armas, la honda y el mazo.
En Nueva Bretaña se realiza obviamente la operación en el caso de fracturas de cráneo por combate. En Nueva Irlanda, la trepanación se lleva a cabo en los casos de fractura de cráneo, así como contra los “dolores de cabeza” y la “epilepsia” y en niños como medida profiláctica en la salud enfermiza en general. El modo de algunas trepanaciones sugiere una medición “medica”, un hecho que es admitido incluso por Wölfel. En ocasiones la razón para la trepanación parece haber sido los tumores infiltrados gomatosos.

Las mutilaciones rituales y judiciales

Con la trepanación hemos alcanzado los límites de la cirugía propia de las sociedades primitivas, pero no los límites de las actividades que, objetivamente, están al mismo nivel que las amputaciones y las incisiones. En numerosos lugares vemos a los mismos primitivos que raramente utilizan el cuchillo en casos de enfermedad o traumatismo, caer en un auténtico frenesí de cortar y separar cuando hay implicados motivos rituales o juridicarios.

El personal quirúrgico

Solamente entre los masai se habla de una clase definida de cirujanos. En África Occidental la cirugía no está en las manos de médicos brujos sino de herbolarios, quienes operan con la misteriosa asistencia de una gallina blanca.
Normalmente la cirugía la hace el hombre-medicina de carácter sobrenatural. En Kenia la medicina y la colocación de huesos están en manos del hombre-medicina y en Uganda en hombre-medicina primero corta las extremidades como un verdugo y luego trata la herida como cirujano.

Discusión y conclusiones

La cirugía primitiva es muy pobre en logros y en calidad. Sólo encontramos una cirugía relativamente bien desarrollada en las zonas más meridionales de África Oriental y en ciertas localidades polinesias.
Lógicamente hay cuatro posibilidades de por qué la cirugía primitiva no ha avanzado más: que no había necesidad de cirugía; que los primitivos carecían de habilidad técnica; que carecían de ciertos conocimientos; que otros elementos de su situación sociomental eran desfavorables al desarrollo de la cirugía entre ellos. Todas estas posibilidades juegan un cierto papel, pero su importancia relativa no es en absoluto la misma.
La cirugía indudablemente presupone una considerable habilidad manual. Pero hay muchos primitivos muestran tal habilidad y a pesar de ello, como los esquimales, son muy malos cirujanos.

El conocimiento anatómico de la mayoría de los primitivos es muy escaso. El conocimiento anatómico es valorable sólo cuando esta sistematizado.

miércoles, 4 de marzo de 2015

“ES MEJOR POCOS.” LAS DECISIONES DE LAS MUJERES NAHUAS RESPECTO A LA PLANIFICACIÓN FAMILIAR

En el presente capitulo se analizan las alternativas utilizadas por las mujeres nahuas en la Huasteca veracruzana respecto a la reproducción; también se examinan las restricciones que afectan su elección en cuanto a la anticoncepción.
Durante la década pasada se produjo una pérdida de control entre las mujeres de Amatlán debido a la erosión de su conocimiento local a la luz del desarrollo y de los cambios biomédicos. Tanto el desarrollo como la biomedicina son prácticas convincentes e idolologías poderosas, y tienen un impacto tremendo en el concepto que se tiene de las mujeres y en cómo piensan ellas mismas su cuerpo. Para las mujeres de Amatlán, el conocimiento de su cuerpo, en lo que refiere a la biomedicina, esta “relacionado de manera inexplicable a la hegemonía médica y clase social”. Sus cuerpos son un estado en conflicto que tienen que negociar cada vez que acuden al centro de salud.
A pesar de que las mujeres han sufrido un detrimento sobre el control de su cuerpo, a este menoscabo se hace más evidente en el aspecto reproductivo, en donde las mujeres ya no abordan los aspectos relacionados con el embarazo, parto, anticoncepción y salud reproductiva general en la esfera privada, sino que se han trasladado a la esfera pública del centro de salud, en donde los cuerpos de las mujeres se exponen, a veces, de manera literal, a la vista de todos.
En la región de Ixhuatlán de Madero, el centro de salud se considera como la autoridad en cuanto a salud reproductiva y, como la opción más “moderna” para las mujeres. La biomedicina, como conocimiento autoritativo, se hace patente en la opinión de las mujeres mismas, respecto al trato que reciben en el centro de salud y la forma en que sus conocimientos y creencias locales se hacen a un lado y son ignorados y reemplazados por la idea de que la biomedicina es más moderna y aceptable en cuanto a los cuidados reproductivos. La falta de explicaciones adecuadas de la biomedicina en su contexto cultural, con frecuencia provoca desconfianza, angustia y hasta resentimiento en las mujeres.
El concepto que se tiene normalmente de los pueblos del Tercer Mundo es que tienen demasiados hijos. Los métodos anticonceptivos disponibles para las mujeres en estas clínicas incluyen hormonas inyectables y orales, dispositivos intrauterinos (DIU), condones e implantes hormonales subdérmicos. Las mujeres también pueden someterse a la ligadura de trompas en los hospitales de Llano de En medio, Chicontepec y Poza Rica.
El personal en los centros de salud discute la anticoncepción y la planificación familiar con sus pacientes desde un principio, y con las mujeres y sus esposos desde que inicia su matrimonio. Cuando las mujeres deciden utilizar un método anticonceptivo, el personal biomédico les informa sobre los distintos métodos y se asegura de que la mujer utilice el método adecuado a su fase de vida y estado de salud. La mujer recibe información acerca de las ventajas y desventajas de cada método y se somete a un examen físico para determinar si tiene algún problema que pudiera interferir con cualesquiera de los métodos, como varices o infecciones de la matriz.
Los hombres pueden jugar un papel significativo en los métodos conceptivos y opciones de las mujeres. Las mujeres se pueden agrupar de la siguiente manera, en cuanto a la anticoncepción y el papel de su esposo: A) las que no utilizaron un anticonceptivo obedeciendo a los deseos del esposo aunque no fuera lo que ellas querían; B) aquellas que decidieron utilizar un anticonceptivo a pesar de la opinión de sus esposos; C) quienes tomaron la decisión de utilizar un anticonceptivo junto con sus esposos, y D) aquellas que no querían utilizar un método anticonceptivo pero se sometieron a un método semipermanente o permanente de acuerdo con los deseos de sus parejas.
La relación entre el hombre, mujer y anticoncepción se vincula de nuevo con el tema de la elección para las mujeres. A pesar de que algunas de ellas están interesadas en la anticoncepción y preferirían controlar el número de hijos, no pueden tomar la decisión de usar algún anticonceptivo si su esposo no lo permite. En este sentido, su elección se ve limitada por las circunstancias conyugales. El personal médico informa a los centros de salud de Tepatepec e Ixhuatlán informa a mujeres sobre la anticoncepción y la esterilización.
Cuando las mujeres acuden al centro de salud u hospital interactúan en gran medida con las enfermeras. La capacidad de las mujeres para tomar decisiones reproductivas sobre su cuerpo se ve limitada por las poderosas relaciones entre ellas y el entorno biomédico. Las enfermeras, en su papel de profesionales, tienen tanto poder real como un poder percibido, que es reconocido y negociado, tanto por ellas mismas como por las mujeres. Dicho poder tiene su origen en ciertos símbolos biomédicos como la bata blanca, el estetoscopio, los trámites, el equipo e instrumentos y el lenguaje técnico.
Las enfermeras utilizan todas estas fuentes de poder para convencer a los pacientes de seguir las instrucciones del tratamiento respecto a la planificación familiar y la esterilización.
El lenguaje medico utilizado con frecuencia es incomprensible para las mujeres e incluso si la terminología es comprensible, la interpretan desde su perspectiva cultural. Algunos de los centros de salud cuentan con intérpretes informales en forma de conserjes o enfermeras locales, pero esta no es su función principal. La barrera del idioma con frecuencia exige que las mujeres que no se sienten cómodas hablando español lleven a un miembro de la familia para que les traduzca.

Aunque es evidente que el papel de médicos tradicionales ha disminuido a la par que se ha incrementado el de la biomedicina, ello no significa que haya desaparecido del todo. Lo que ha sido evidente en esta investigación es que los curanderos y parteras son muy tolerantes con la biomedicina (actitud no reciprocada por los trabajadores de la salud pública).
Como queda patente, la situación en esta región respecto al cuerpo de las mujeres y su elección reproductiva es sumamente compleja. Dado que el personal biomédico tiene más poder de decisión que las mujeres, puede lograr el cumplimiento de las condiciones a través de medios que, una vez aplicados, refuerzan la brecha de desigualdad que existe entre ambos.

CERROS Y CURANDEROS ENTRE LOS NAHUAS DE LA HUASTECA

El propósito del presente capitulo es presentar  la situación actual del culto a los cerros entre los nahuas de Huazalingo, en el contexto de su lucha constante por hacer perdurar su cultura.
Huazalingo se localiza en la parte alta de la Huasteca hidalguense, al nordeste del estado de Hidalgo, al pie de la Sierra Madre Oriental, a una altitud de 900 msnm. Con frecuencia se define a Huazalingo como un municipio fronterizo, es decir, localizado entre la sierra y la Huasteca. Por consiguiente, en sus ritos y costumbres se pueden identificar influencias de ambas regiones culturales.
San Juan se encuentra a una distancia aproximada de un kilómetro de la cabecera municipal. La comunidad se comunica por una carretera pavimentada, muy sinuosa y peligrosa, que va de Tehuetlán a Huazalingo. La carretera divide a la comunidad en dos partes desiguales. La parte principal de la comunidad, “la de abajo”, es la parte oriental donde se encuentran los principales edificios oficiales: el juzgado, la clínica, la escuela primaria, el kínder, la casa de bienes comunales, la cárcel, la iglesia…, y la de arriba, al oeste de la carretera (son pocas las casas que se encuentran en la orilla de la carretera al pie del cerro).
La parte donde se encuentran las cuevas principales para los rituales curativos se llaman Tzoncuello (o Tzoncuey); más abajo hay una cueva “donde se escucha bien el eco” llamada Yahualapa. Otro lugar de ofrendas utilizado por los campesinos en el pasado lleva por nombre San Marcos. En sus ceremonias los curanderos refieren también a otras toponimias de las partes elevadas.
La idea de otorgar un significado especial o atribuir un carácter a los cerros y montañas no es nueva ni única de los pueblos mesoamericanos. En realidad, en casi todas las culturas, las elevaciones naturales del terreno que caracterizan el paisaje, visibles a gran distancia y con frecuencia de acceso difícil para los seres humanos, se han transformado en un punto esencial de orientación y también en un elemento importante de la cosmología y de la religión. En numerosas mitologías aparecen montañas como sede de los dioses y, al mismo tiempo, como lugares de culto.
Los pueblos mesoamericanos otorgaron a los cerros significados algo diferentes debido al carácter de su funcionamiento, ya que sus civilizaciones dependían, en gran medida, de la agricultura, tanto temporal como de riego. Por consiguiente, tenían gran interés en las observaciones de los fenómenos de la naturaleza e intentaban descifrar las señales y pronósticos que éstos podían dar para sus cosechas.
Para las sociedades agrarias sedentarias basadas en la agricultura, el agua es el principio de su existencia. Para esos pueblos, los cerros y las deidades que los habitan se transforman en donadores del principal elemento vivificador, pero también en los controladores de la fertilidad, y dan salud y vida gracias al poder que tienen sobre los fenómenos atmosféricos.
Los historiadores señalan que Tláloc pertenece a los más antiguos dioses mesoamericanos, cuya influencia y presencia en toda Mesoamérica era casi omnipotente. Tláloc estaba rodeado por una cohorte de dioses llamados tlaloque, que moraban junto con él en las cumbres de las montañas y lo ayudaban a gobernar los fenómenos atmosféricos, a veces de manera un tanto descontrolada.
Los vecinos de San Juan se enorgullecen de que la fama de sus cuevas se extiende fuera del municipio o incluso del estado. Ya que las cuevas y el Burrotépetl forman parte de su paisaje simbólico y sustenta la construcción de su identidad colectiva, es posible que sus declaraciones acerca de la importancia de “su” cerro en la región estén exageradas: “Vienen de Tampico, traen cerveza, bebidas, tamales, cigarros. Cada año va un montón con zacahuil, pan, tamales, cerveza, como [si fuera] una fiesta”. Las visitas a las cuevas se organizan en secreto y son muy pocas las personas que quieren hablar de su peregrinación al cerro.
El cerro Burrotépetl constituye un elemento importante del paisaje domesticado para los habitantes de San Juan y, al mismo tiempo, una base para formar la identidad local y el símbolo de eternidad, de la existencia por encima del tiempo, durabilidad, carácter inmemorial.
El culto a los cerros se relaciona, en gran medida, con la necesidad de obtener la sabiduría para descifrar lo que constituye la base de la actividad agrícola: los fenómenos meteorológicos. Los especialistas buscan un control efectivo sobre ellos a través de la observación detallada e interpretación de los fenómenos naturales, del compromiso de los animales, etc.
San Juan Bautista se considera también como dueño potente y peligroso que domina los fenómenos atmosféricos. El día 24 de junio, fiesta de San Juan, marca a la vez el solsticio de verano y el principio dela época de lluvias que relaciona a este santo con el ciclo agrícola y el culto a la fertilidad. Es interesante notar que la comunidad escogió a San Juan como patrón de la lluvia entre los santos católicos.
El culto a las montañas sagradas se relaciona también con el proceso de infringir y recobrar el equilibrio. Según la creencia de los nahuas, ya por el hecho de funcionar en la tierra, las personas violan el frágil equilibrio del Cosmos y entran en el dominio de potentes seres sobrenaturales. Los señores del cerro protegen celosamente su morada y no dejan que el orden cósmico se infrinja sin su permiso.
Los habitantes de San Juan cultivan todavía muchas creencias acerca de la potencia mágica de los Señores de los Cerros a quienes atribuyen un papel activo como creadores de varios fenómenos y acontecimientos misteriosos y difíciles de explicar, como la aparición de pequeñas hachas de metal llamadas “hachas de los señores”.
Los cerros son elementos importantes para los nahuas, tanto en el plano físico como en el metafísico. Se relaciona de manera indisoluble con la historia de los habitantes y con su actualidad. En el cerro Burrotépetl se encuentran ruinas de construcciones prehispánicas hechas de piedra pulida de manera precisa, llamadas pirámides, densamente cubiertas con árboles y hundidas en la tierra. Los sanjuaneros platican con orgullo que son el testimonio de que la comunidad tiene un origen muy antiguo.
Las instituciones gubernamentales les hicieron consientes de la importancia que tiene la protección que tiene la protección de la naturaleza del cerro para la conservación del agua; por lo mismo, los nahuas de San Juan intentan protegerlo contra sí mismos y contra la voracidad de otros vecinos, ya que lo que es su motivo de orgullo, implica a la vez el incremento de exigencias y obligaciones.

DIARIO


HOY JUEVES DESPERTÉ A LAS 5:15AM ENSEGUIDA ME LEVANTÉ A ENCENDER EL BOILER,  DESPUÉS ME FUI RÁPIDO A LA CAMA Y DORMÍ UN RATO MÁS HASTA LAS 5:50AM, ME LEVANTE NUEVAMENTE, BUSQUE LA TOALLA Y ROPA QUE PONERME Y ME FUI A LA DUCHA. DURE 20 MINUTOS EN LA DUCHA, ME CEPILLÉ LOS DIENTES, ME VESTÍ Y ME ARREGLE UN POCO EL CABELLO, BUSQUE UN LIBRO Y A LAS 6:40 YA ESTABA ENCENDIENDO EL CARRO. HABÍA MUCHO TRAFICO POR LO TANTO LLEGUE A LA UNIVERSIDAD A LAS 7:15AM. MI PRIMER CLASE FUE DE HISTOLOGÍA; EN ESTA CLASE ME LA PASE ESTUDIANDO PARA MICROBIOLOGÍA. LA SEGUNDA CLASE FUE DE NEUROANATOMÍA LA CUAL SUELE DURAR 2 HORAS PERO ESTA VEZ DURÓ SOLO UNA. EN LA HORA LIBRE BAJÉ A CAFETERÍA A DESAYUNAR CON LITZAHAYA, EDGAR, XÓCHITL Y GABY. YO DESAYUNE UNA QUESADILLA DE MAÍZ CON CHICHARRÓN Y BEBÍ UN JUGO DE NARANJA. A LAS 10:00AM SUBIMOS A CLASE DE MICROBIOLOGÍA  YA QUE MIS COMPAÑEROS TENÍAN UNA EXPOSICIÓN Y LA CLASE DURÓ UNA HORA EN LA CUAL LAS EXPONENTES NOS DIERON CARLOTA DE POSTRE, ESTUVE SALIENDO MUY CONSTANTE DE LA CLASE DEBIDO A QUE MI AMIGA JENNIFER NO ENTRÓ A CLASE Y ESTUVO EN BIBLIOTECA ESTUDIANDO Y OBVIAMENTE YO BAJABA PLATICAR UN POCO CON ELLA E INFORMARLE QUE EL EXAMEN QUE TENDRÍAMOS PARA EL DÍA DE MAÑANA SE POSPUSO PARA EL LUNES Y QUE NO HABÍA QUÉ PREOCUPARSE. EN EL MOMENTO QUE SALÍ A VER A JENNY VI A JOSUÉ Y LO SALUDÉ. EN FIN LA CLASE DE MICROBIOLOGÍA TODOS LOS JUEVES TENEMOS 2 HORAS DE CLASE PERO DURÓ UNA Y EN ESA HORA LIBRE BAJÉ CON JENNY A ESTUDIAR UN POCO. EN PUNTO DE LAS 12:00PM ABANDONAMOS BIBLIOTECA Y SUBIMOS A CLASE DE SALUD PUBLICA Y LA DOCTORA HABLÓ SOBRE MEDIDAS DE SEGURIDAD PERO YO ME LA PASÉ LEYENDO EL LIBRO DE MICROBIOLOGÍA Y RESPONDIENDO UNOS CUESTIONARIOS. LA CLASE FINALIZÓ A LA 1:00PM Y PUES COMO TODOS LOS DÍAS SIEMPRE TENEMOS LIBRE DE 1-3 BAJAMOS A BIBLIOTECA CHOCHO, AMARANTA Y JENNY A ESTUDIAR, LO CUAL YO SÍ HICE PORQUE ELLAS SE QUEDARON DORMIDAS. EN ESE TRANSCURSO YO LE ENVIÉ UN SMS A UN AMIGO PARA VER SI ÍBAMOS A SALIR PERO LA SALIDA SE POSPUSO PARA EL SABADITO. EN FIN LLEGARON LAS TRES DE LA TARDE Y NOS TOCO LA CLASE DE ANTROPOLOGÍA CON EL ANTROPÓLOGO SAN JUAN Y EMPEZAMOS A VER UN DOCUMENTAL Y NOS EMPEZÓ A DECIR COMO ELABORAR UN DIARIO DE CAMPO Y DESPUÉS QUE ÉL TERMINO NOS PUSO HACER UN DIARIO EL CUAL ES EL QUE ESTOY ELABORANDO, LA CLASE FINALIZO A LAS 5:00PM Y JENNY Y YO FUIMOS A BIBLIOTECA A ESTUDIAR UN POCO MÁS DE MICROBIOLOGÍA FINALIZAMOS A LAS 8:00PM Y YA DESPUÉS PASARON POR ELLA Y YO ME FUI. LLEGUE A MI CASA ALREDEDOR DE LAS 8:40PM. YA ESTANDO A MI CASA CENÉ CEREAL Y ME DORMÍ PORQUE YA ESTABA MUY CANSADA Y DORMÍ A LAS 10:00PM. Y ASÍ ES COMO FINALIZÓ MI DÍA.

martes, 3 de marzo de 2015

CAPITULO II CULTURA Y MEDICINA ENTRE LOS CHEYENES, LOS DOBU Y LOS TONGA



La literatura sobre medicina primitiva consiste generalmente en dos tipos de escritos: monografías o tratados generales.
Es ya habitual admitir que la unidad significativa en antropología cultural es la cultura, la configuración cultural o “el modelo cultural” de las tribus respectivas y no las institución aislada. En otras palabras, el “organismo” y no el “órgano”.

LOS CHEYENES

Los cheyenes son una tribu típica de las llanuras. La guerra es la actividad en que ellos sienten con más fuerza el pulso de la vida, su valor y belleza. “El guerrero cheyene desea morir, a ser posible, en lo más amplio de la pradera donde todo el mundo pueda verlo. Cuando muere no desea que le cubra la tierra, prefiere permanecer en alto sobre la pradera donde los pájaros y  los animales puedan devorar su cuerpo y sus restos se dispersen a lo ancho y a lo largo”.
Es obvio que uno ha de vivir además de guerrear, de ahí que la primera preocupación de los cheyenes sea la consecución de alimentos. Estos son proporcionados principalmente por los hombres que cazan el búfalo, el antílope, etc. La caza es controlada por los jefes y las sociedades de guerreros y no puede iniciarse sin hacer caso de la comunidad. Las mujeres recogen todo tipo de raíces y leña para el fuego, acarrean el agua, candelas para iluminar, cosen los vestidos y las tiendas y cuidan de los utensilios de cocina.  El hombre y la mujer son compañeros, participando por igual en el trabajo de la familia. La vida sexual es muy restringida. El noviazgo dura de cinco a seis años. Se exige virginidad de la mujer.
Los cheyenes son un pueblo religioso y poseen numerosas instancias sobrenaturales: está el espíritu de los cielos, el gran dios; esta el espíritu de la tierra, existen los espíritus de las cuatro direcciones, mientras que los espíritus de la muerte carecen de importancia. Los animales cuentan mucho, tanto en su vida material como en la espiritual. Los lobos aconsejan en la guerra, el ciervo de cola blanca ayudan en los asuntos amorosos. El ciervo y el alce traen la enfermedad y el oso la salud. Los pájaros y los insectos enseñan el camino.
La diferencia entre los cheyenes y las otras tribus no parecen basarse en razones objetivas. Es obvio que los cheyenes tienen un tipo de medicina. Sin embargo practican relativamente pocas medidas protectoras. La enfermedad es causada por flechas invisibles arrojadas por los espiritus de los manantiales, el ciervo-mulo y otros espíritus. El tratamiento es a base del típico “pequeño ceremonial” cheyene.

LOS DOBU

Los dobu son “massims”, es decir, melanesios papús orientales, que viven en pequeñas islas volcánicas del grupo de las D’Entrecasteaux, al norte de Nueva Guinea oriental. Su dieta es más bien practican algo la pesca, matan algún cerdo, tienen algunos árboles de sagú, plataneros, cocoteros y de betel. De ahí que el campo de batatas sea el lugar económicamente más importante entre los dobu. El futuro yerno y nuera tienen que demostrar primero sus aptitudes  den él antes de ser admitidos en la familia. Las batatas son seres humanos metamorfoseados y tienen que ser continuamente encantados para crecer y multiplicarse.
Los dobu creen que el éxito en la cosecha, como en cualquier cosa, no es tanto una victoria mágica sobre las fuerzas de la naturaleza como una victoria sobre uno de los vecinos. Las batatas vagan por la noche y cuando uno tiene mejor cosecha es porque su magia más fuerte, debido a especiales encantamientos que alcanzan a las batallas, ha atraído y robado una parte de las del vecino.
La medicina dobu debe sus características especiales a la perfecta integración con el modelo cultural. Entre los dobu solo hay una causa de enfermedad la hechicería o brujería. No se utiliza drogas en el tratamiento dobu como casi en toda Melanesia. Ni hay ensalmadores, etc.; todo se reduce al exorcismo. La “medicina” dobu no exige profesionales especiales; esta generalizada y su característica fundamental es que provocar la enfermedad cuesta más que curarla.

LOS TONGA

Los tonga son una tribu de habla bantú, que viven alrededor de Lourenco Marques y que cuentan con unos 750.000 habitantes. El más solemne juramento de los tonga  es el que se hace con tierra. La misma palabra “tiko” significa suelo y clan.
La unidad fundamental de la sociedad tonga es la aldea, habitada por el jefe de familia, sus mujeres, sus hermanos más jóvenes y sus hijos con sus mujeres. Cuando la cabeza de familia muere, la aldea desaparece. Su hermano y sucesor construye otra nueva con la misma población.

La religión tonga es muy sólida, sin ídolos, templos, sacerdotes profesionales, días especiales para el culto; se basa exclusivamente en oraciones y sacrificios. Excepto para implorar la lluvia, los sacrificios no son humanos sino de gallinas, cabras o carneros.

CAPITULO III EL CHAMAN Y LA PSICOPATOLOGÍA PRIMITIVA EN GENERAL

Uno de los rasgos característicos de nuestra cultura es el rotular los fenómenos con diagnósticos psiquiátricos. Ello se ha convertido en algo común que difícilmente lo percibimos. Personas y masas, personalidades históricas y periodos, culturas y sociedades, procedimientos mágicos y religiones son “neuróticos”, “sádicos”, “esquizofrénicos”, etc., o de acuerdo con el vocabulario sencillo y menos sofisticado de hombre de la calle “locos”, “lunáticos” o “chiflados”.
La existencia de un juicio moral oculto puede todavía fácilmente detectarse en bastantes calificativos psicopatológicos contemporáneos, aparentemente científicos y objetivos. Pensamos que la costumbre de encubrir los juicios morales con un nomenclatura psicopatológica pseudocientífica no reporta ventaja alguna y es igualmente perjudicial tanto para la moral como para la ciencia.
En la rotulación psicopatológica persiste también mucho del viejo pensamiento psiquiátrico. La vieja psiquiatría estaba basado sobre un concepto de mentalidad “normal” que no dejaba de ser menos eficiente por el hecho de que nunca fuera claramente formulada. Todavía no hemos percibido cuan extremadamente difícil fue obtener un concepto auténtico de lo normal en un campo tan inaccesible a los métodos morfológicos, físicos, químicos e incluso estadísticos y que gran avance ha conseguido en nuestra comprensión de lo mentalmente normal y anormal mediante el médico funcional, la introducción del concepto de “integración”, “regulación”, etc.
Desde el punto de vista médico, las enfermedades mentales tienen la gran desventaja de que la inmensa mayoría de ellas no puede definirse con conceptos anatómicos o bioquímicos. Un cáncer o una diabetes es en todas partes lo mismo, no solo en sus consecuencias sino también en sus síntomas objetivos. Y cambios corporales. 
Como antropólogos tratamos con sociedades y culturas separadas en el espacio, pero lo mismo es válido para la separación en el tiempo, para diferentes periodos “de la misma” cultura.

Llamamos “heteronormal” o “heteropatológico” aquellos que son considerados normales o patológicos de acuerdo con la escala de nuestra sociedad la cual es inadecuada puesto que carecemos de verdaderas nociones generales psicopatología humana.